Estreñimiento en personas mayores

Dr. Rubén Alcantud, geriatra

La importancia del estreñimiento en las personas mayores

El estreñimiento es una condición común en las personas mayores que puede afectar su calidad de vida y bienestar general. 

Se caracteriza por la dificultad o la escasa frecuencia en las deposiciones, a menudo acompañada de esfuerzo excesivo o sensación de evacuación incompleta. Afecta entre el 20% y el 30% de las personas mayores de 65 años, aumentando hasta el 50% en mayores de 75 años.

¿Cuáles son las causas del estreñimiento en ancianos?

Las principales causas del estreñimiento en personas mayores incluyen:

  • Inmovilidad o falta de actividad física.
  • Efectos secundarios de medicamentos.
  • Baja ingesta de alimentos y líquidos.
  • Depresión y demencia.
  • Deshidratación.
  • Pérdida de privacidad o dependencia.
  • Cambios fisiológicos asociados al envejecimiento.

¿Cuáles son los primeros síntomas del estreñimiento?

Los primeros síntomas del estreñimiento pueden incluir:

  • Disminución en la frecuencia de las deposiciones.
  • Heces duras y secas
  • Dificultad o dolor al defecar.
  • Sensación de evacuación incompleta.
  • Hinchazón o malestar abdominal.

¿Cuáles son las consecuencias de este problema?

Las consecuencias del estreñimiento en personas mayores pueden ser:

  • Impactación fecal o fecaloma (acumulación de heces endurecidas).
  • Incontinencia fecal.
  • Dolor abdominal y distensión.
  • Pérdida de apetito.
  • Complicaciones como hemorroides o fisuras anales.
  • Disminución de la calidad de vida.
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¿Cuándo debería consultar con un geriatra?

Se debe consultar con un especialista cuando:

  • El estreñimiento persiste a pesar de cambios en la dieta y estilo de vida.
  • Hay sangre en las heces.
  • Se experimenta pérdida de peso inexplicable.
  • El estreñimiento se acompaña de dolor abdominal intenso.
  • Hay cambios repentinos en los hábitos intestinales.

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¿Qué pruebas se suelen solicitar para su valoración y diagnóstico?

Para evaluar el estreñimiento, su médico puede realizar:

  • Exploración física general y abdominal.
  • Tacto rectal.
  • Análisis de sangre y heces.
  • Colonoscopia (si se sospecha de patología orgánica).
  • Exploración neurológica.
  • Revisión de medicamentos.

Recomendaciones para prevenir y tratar el estreñimiento

1. Beber suficiente agua y líquidos: Mantenga una hidratación adecuada bebiendo al menos 6-8 vasos de agua al día, a menos que haya restricciones médicas. Los líquidos ayudan a mantener las heces blandas y facilitan su eliminación. Además del agua, considere infusiones, sopas y frutas con alto contenido en agua.

2. Realizar ejercicio físico regular: La actividad física estimula el movimiento intestinal. Intente realizar al menos 30 minutos de ejercicio moderado la mayoría de los días. Esto puede incluir caminatas, natación suave o ejercicios de estiramiento. Consulte con un médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicios.

3. Establecer una rutina diaria para ir al baño: Intente ir al baño a la misma hora cada día, preferiblemente después de las comidas cuando el reflejo gastrocólico es más fuerte. Dedique tiempo suficiente y no se apresure. Crear un hábito regular puede ayudar a «entrenar» el intestino.

4. Evitar el uso excesivo de laxantes: Aunque los laxantes pueden proporcionar alivio temporal, su uso prolongado puede crear dependencia y empeorar el estreñimiento a largo plazo. Si es necesario usarlos, hágalo bajo supervisión médica y prefiera opciones naturales como el salvado o las semillas de lino.

5. Revisar y ajustar los medicamentos con el médico: Algunos medicamentos pueden causar o empeorar el estreñimiento. Consulte con su médico sobre posibles ajustes en la medicación o alternativas que no afecten la función intestinal.

6. Mantener una postura adecuada durante la defecación: Use un taburete pequeño para elevar los pies mientras está sentado en el inodoro. Esta posición ayuda a alinear el recto, facilitando la evacuación. Evite hacer fuerza excesiva, ya que puede causar problemas como hemorroides.

7. Considerar el uso de probióticos: Los probióticos pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino, lo que puede mejorar la función intestinal. Consulte con su médico sobre la inclusión de alimentos probióticos o suplementos en su dieta.

8. Manejar el estrés y la ansiedad: El estrés puede afectar negativamente la función intestinal. Practique técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o el yoga suave. Mantenga actividades sociales y hobbies que le ayuden a reducir el estrés.

9. Aumentar la ingesta de fibra en la dieta: Incorpore alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. La fibra ayuda a ablandar las heces y facilita su paso por el intestino. Aumente gradualmente la ingesta para evitar molestias digestivas. Un objetivo adecuado es consumir entre 25-30 gramos de fibra al día.

Recuerde que estas recomendaciones son generales y pueden necesitar ajustes según las necesidades individuales. Consulte siempre con un profesional antes de hacer cambios significativos en su dieta o rutina, especialmente si tiene condiciones médicas preexistentes.

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